Vivimos en un mundo donde el establecimiento de metas se ha vuelto esencial para tener éxito. Si algo enfatizan los empresarios, ejecutivos, líderes, deportistas de alto nivel y toda persona que avanza es el definir metas a alcanzar.
El establecimiento de metas es un elemento esencial para el desarrollo de las grandes visiones. Sin embargo, con frecuencia encontramos personas que definen sus metas como si fuera "la meta", la única y el punto final dentro de su vida profesional y personal.
Muchas personas dejan de esforzarse y de crecer porque han logrado su meta; han alcanzado alguna posición, cierto nivel organizacional o profesional, deteniendo su desarrollo y su crecimiento, con lo que desperdician mucho de su propio potencial. ¡Es un gran desperdicio!
Es bueno fijar metas, progresar y tratar de lograr una cierta posición. Pero no es conveniente definir la meta como el tratar de alcanzar una determinada posición o el llegar a un punto final, ya que con eso lo que se hace es poner límites a la propia superación. Por ejemplo, la gran mayoría de las personas que tienen como meta jubilarse dejan de aprender cuando les llega ese momento.
En el trabajo del autodesarrollo es más adecuado hacer que la jornada no tenga límites, no poner metas finales, ya que nadie sabe hasta dónde puede en realidad llegar con su vida.
Enfoca tu vida para llegar a ser quien tú quieras ser, sin metas y sin límites.
La clave para el crecimiento personal está en tener una orientación de crecimiento en lugar de hacia una meta. O mejor dicho, convierte el crecimiento en tu meta. Mantén tu vida en un estado permanente de aprendizaje. Si sigues aprendiendo, verás que hoy eres mejor que ayer y te convertirás mañana en una mejor persona de lo eres hoy.
¿Cómo puedes cambiar tu enfoque hacia hacia metas de Crecimiento permanente? ¿Cuál sería el primer paso? ¿Que quieres aprender hoy?
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