1. ACLARA SU NIVEL DE EXPECTATIVAS.
Por lo general, el objetivo de tener un mentor es progresar, no llegar a la perfección. Quizás sólo pocas personas pueden ser verdaderamente excelentes, pero todos nosotros podemos mejorar.
2. ACEPTA UNA POSICIÓN DE APRENDIZAJE SUBORDINADA.
No dejes que tu ego se entrometa en tu aprendizaje. Tratar de impresionar al mentor con tu conocimiento o habilidad creará una barrera mental entre tú y él. Eso evitará que recibas lo que él te da.
3. RESPETA A TU MENTOR, PERO NO LO IDOLATRES.
El respeto nos permite aceptar lo que el mentor nos enseña. Hacer del mentor un ídolo te quita la habilidad de ser objetivo y crítico, facultades que necesita para adaptarse al conocimiento y la experiencia del mentor.
4. PON EN PRÁCTICA INMEDIATAMENTE LO QUE ESTÁS APRENDIENDO.
En las mejores relaciones con mentores, lo que se aprende se enfoca rápidamente con claridad. Aprende, practica y asimila.
5. SÉ DISCIPLINADO PARA RELACIONARTE CON TU MENTOR
Dedica bastante tiempo y se constante, selecciona el tema con anticipación y estudia para hacer que las sesiones sean productivas.
6. GRATIFICA A TU MENTOR CON TU PROPIO PROGRESO.
Si muestras aprecio pero no logras ningún progreso, el mentor considerará eso como un fracaso. Tu progreso es la mejor gratificación que puedes darle. Esfuérzate por crecer, y luego comunica ese progreso.
7. NO AMENACES CON RENDIRTE.
Hazle saber a tu mentor que has tomado la decisión de progresar y que tú eres una persona persistente, un triunfador determinado. Así sabrá él que no está perdiendo su tiempo. No hay sustituto para tu propio crecimiento personal. Si no estás recibiendo ni creciendo, no podrás dar nada a las personas que estás tratando de desarrollar y cuidar.
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