La adversidad puede ayudar a madurar, si no permites que te vuelva amargado. La adversidad promueve la sabiduría y la madurez.
Conforme el mundo sigue cambiando a pasos acelerados, tener madurez con flexibilidad se convierte en algo muy importante. Son cualidades que surgen al sobrepasar las dificultades.
Al igual que comenta John Kotter, profesor de la escuela de negocios de Harvard: si hace veinte años estuvieras seleccionando a una persona que cometió un error de joven, se hubiera dicho "esta es una mala señal"; pero en la actualidad, lo más seguro es que se dijera "me preocupa que esta persona nunca ha fracasado".
Los problemas que enfrentamos y sobrepasamos preparan nuestros corazones para dificultades futuras.
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